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Prueba de campo: Olympus OM-D E-M1X

La E-M1X es la primera incursión seria de Olympus en el segmento de las cámaras profesionales. Y a buen seguro que no defraudará.

0 comentarios - 20/03/2019


He sido uno de los primeros afortunados en probar la Olympus OM-D E-M1X, recibí la cámara a los pocos días de haber sido anunciada en prensa el tres de enero (25 de febrero se empezó a vender) y la he tenido prácticamente un mes, la devolví el 11 de marzo.  Con ella he realizado varias sesiones fotográficas tanto de aves como de paisaje urbano. No pude realizar todas las que me hubieran gustado  debido a mis obligaciones profesionales, pero el tiempo que la tuve, la disfruté de lo lindo.

 

En esta ocasión además del cuerpo me cedieron dos objetivos: el 300 f4 y un zoom muy versátil 12-100 f4.

La primera sensación al tenerla entre las manos es que estamos ante una máquina que deja un poco atrás a las otras micro 4/3 de Olympus de la serie OM-D. La M1X es la primera incursión seria en el segmento de las cámaras profesionales, se trata del modelo superior a la E-1 MARK II. Por si estáis interesados, los resultados de las pruebas que realicé con ésta los podéis ver pinchando aquí.

En este caso el cuerpo de la E-M1X es más grande, robusto y estable pero no pesado para manejar. Lleva el grip integrado y esto permite dotar a la cámara con doble disparador y un segundo joystick. El resto de la botonería está donde tiene que estar en una cámara que ha sido diseñada cuidando cada detalle.

Después de estar toqueteando los botones y mirando los menús de configuración durante varias sesiones, llegué a la conclusión de que no va a ser una cámara fácil de dominar. El manual de usuario, con alrededor de 700 páginas, corrobora la sensación de que voy a tener que trabajar mucho para conocerla a fondo y obtener los máximos resultados utilizando todas sus prestaciones. Por cierto, no penséis que estas 700 páginas son de relleno o para conseguir un best-seller literario, son realmente páginas llenas de contenido y funcionalidad. 

Una de las ventajas en las que Olympus hace mucho hincapié es en la estanqueidad frente al agua y al polvo. No es que la E-1 Mark II no fuera estanca, es que cuando incorporabas el grip, la estanqueidad se podría ver comprometida, cosa que en la M1X no ocurre ya que está construida toda de una pieza.

Si cuando realicé la prueba de la E-1 Mark II ya comentaba que estábamos ante una cámara a la altura de las profesionales de Canon y Nikon, en esta ocasión puedo decir que en ciertos aspectos se encuentra muy encima. Me ha parecido especialmente remarcable su doble procesador que ha permitido un avance sustancial tanto en el enfoque, como en el seguimiento del objeto y en el procesado. Además lleva incorporado un disipador de calor que evita que se caliente cuando abusamos de las ráfagas.  Y sobre todo, la autonomía que supone poder cargar las baterías utilizando un powerbank, pudiendo incluso, disparar conectada a él.  No obstante, la cámara dispone de dos baterías independientes la una de la otra. Puedes quitar una y la cámara sigue funcionando, mientras la otra la puedes estar cargando o tenerla guardada para que no se descargue en situaciones de muy bajas temperaturas. 

A continuación os muestro una serie de imágenes realizadas, son copias jgp obtenidas directamente del fichero RAW y sin haber efectuado ningún ajuste de procesado. 

 

 

 

 

 

La E-M1X asimila la funcionalidad del modelo E-1 MK II e incorpora las siguientes novedades: 

  • Botón de bloqueo
  • Disipador de calor.
  • Doble procesador.
  • MI menú (configurable).
  • Auto Foco de detección de sujeto (aviones, coches).
  • Doble ranura de tarjetas SD compatibles con UHS-II.
  • Disparo de Alta resolución mejorado pudiéndose utilizar sin trípode (fotos de 50 megas).
  • Cinco niveles de degradado neutro.
  • Dial con la opción “B” bulb. 

 Y además de estas novedad, la E-M1X mejora en los siguientes aspectos: 

  • Sistema de limpieza del sensor.
  • Mayor duración de las baterías.
  • Se duplica la vida del obturador (pasa de 200.000 a 400.000 disparos)
  • Apilado de imágenes hasta 15 fotografías.

 

En cuanto a los objetivos, del 300 f4 poco voy a comentar. Ya hablé en la prueba que realicé de la E-1 y concluí que tiene mucha calidad y una óptica a la altura de la cámara. Del zoom 12-100 f4 Pro también se trata de un gran objetivo en todos los aspectos, tanto de construcción como de funcionamiento. Rápido de enfoque y con calidad de imagen, aportando unos colores muy fieles y saturados. Lo mejor es que con este objetivo Olympus garantiza una ganancia de 7,5 pasos entre el estabilizador de la cámara y el del objetivo.

Después de este tiempo de prueba podréis pensar en que sólo comento lo que mejora y que no tiene nada malo. Para ser sinceros lo que menos me gusta es el precio, es verdad que cuesta 2999 euros (que es la mitad de una Canon o Nikon de gama profesional), pero me parece mucho dinero si tenemos que empezar de nuevo a adquirir equipo. Por un poco más de ese precio podemos comprar una E-1 MKII y un 300 F4 y tendremos un equipo de primera, no será el último “grito” pero colmará con creces nuestro trabajo. Si esa cámara estuviera entre los dos mil y poco estoy seguro que rompería el mercado. Claro, está es mi opinión.

Por último os quiero comentar que no os dejéis llevar por foros y páginas webs de fotografía (ni por mi opinión). En muchos sitios se demoniza el micro 4/3 comparado con el Full Frame y en la mayoría de ocasiones la gente ni tiene una full frame ni ha probado el micro 4/3. Así que yo os aconsejo como decía aquel anuncio de la tele “busque, compare y si encuentra algo mejor:  compre”. Ahora Olympus brinda la posibilidad a la gente de poder probar los equipos antes de comprar. Así que podéis visitar su página y si estáis interesados, solicitad una prueba.

Parafraseando a Skakespeare  “vender y cambiar… esa es la cuestión” es una duda que nos asalta a muchos, aunque la tentación no vive en el piso de arriba,  vive en el micro 4/3.

Pd.- Agradecer de nuevo a Raúl y Tito de Olympus España por la cesión realizada, ayuda, generosidad y el trato exquisito que me han dispensado.

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